Ciudad del Vaticano, 2 enero 2015 (VIS).-Al terminar la celebración de la Santa Misa en la solemnidad de Santa María Madre de Dios, y en el XLVIII aniversario del día mundial de la Paz, el Papa Francisco se asomó a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes del rezo de la oración mariana, el Pontífice les dirigió unas palabras:
”En este primer día del año… la Iglesia nos invita a fijar nuestra mirada de fe y de amor en la Madre de Jesús. Es imposible separar la contemplación de Jesús, la Palabra de la vida que se ha hecho visible y tangible, de la contemplación de María, que le ha dado su amor y su carne humana. Al inicio de un nuevo año nos hace bien recordar el día de nuestro Bautismo: redescubramos el regalo recibido en aquel Sacramento que nos ha regenerado a la vida nueva: la vida divina. Y esto a través de la Madre Iglesia, que tiene como modelo a la Madre María. Gracias al Bautismo hemos sido introducidos en la comunión con Dios y ya no estamos a merced del mal y del pecado, sino que recibimos el amor, la ternura, la misericordia del Padre celestial”.
”Esta cercanía de Dios a nuestra existencia nos da la verdadera paz, don divino que queremos implorar especialmente hoy, Jornada Mundial de la Paz… Porque la Paz es siempre posible. Y nuestra oración, está en la raíz de la paz. La oración hace germinar la paz. Hoy, Jornada Mundial de la Paz, “Ya no esclavos, sino hermanos”: he aquí el Mensaje de esta Jornada. Porque las guerras nos hacen esclavos. Siempre. Es un mensaje que nos implica a todos. Todos estamos llamados a combatir cualquier forma de esclavitud y a construir la fraternidad. Todos, cada uno según su propia responsabilidad”.
Francisco animó a rezar a María, Madre de Dios y Madre nuestra, presentarla nuestros propósitos de bien, y pedirla que extienda sobre nosotros, y sobre todos los días del año nuevo, el manto de su materna protección. Al finalizar la oración mariana, el Papa saludó y felicitó el año nuevo a los fieles de la plaza y poco después se escucharon los retoques en directo de la campana ”Maria Dolens” situada en la provincia italiana de Trento, realizada en honor a los caídos de todas las guerras y bendecida por el beato Pablo VI en 1965. ”Que nunca más haya guerras, -dijo- ¡nunca más las guerras!, y siempre el deseo y el empeño de paz y de fraternidad entre los pueblos”.