“No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel… trillarás los montes y los triturarás”. “El gusanito” se hace fuerte como “el trillo aguzado”. Esta fuerza viene de la experiencia y aceptación de su propia debilidad. El miedo pasa y viene confianza en Dios, aunque parezca que algo Lo tapa y no se puede verlo. El Adviento es tiempo de salir del valle, tener valor y fe en la fuerza que puede hacer pedazos todo lo que impide ver el cielo y tapa el horizonte de nuestra vida.