La profetisa Ana era una mujer de ochenta y cuatro años que servía a Dios en el templo. La mayor parte de su vida dedicó a las oraciones y ayunos. Cuando José y María entraban al templo, Ana se acercó a ellos, y hablaba a todos del Niño Jesús. Ana, una mujer valiente. Y ¿yo? ¿Tengo valor para hablar de Dios a todos?