Papa Francisco: ”¿Permito a Dios que me quiera?”

Belén estrella 800 220El Papa Franciso presidió a las 22,00 en la basílica de San Pedro la Santa Misa del Gallo en la solemnidad de la Natividad del Señor 2014. En el curso de la celebración eucarística, después de la lectura del Santo Evangelio, el Papa pronunció la siguiente homilía:

”El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les brilló”. ”Un ángel del Señor se les presentó (a los pastores): la gloria del Señor los envolvió de claridad”. De este modo, la liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría. Leer más

Obispos mexicanos: reconciliación y paz, basta sangre

CEM-800X220Ante un nuevo crimen que enluta a la nación mexicana, con el hallazgo del cuerpo sin vida del P. Gregorio López Gorostieta, vibran con profunda emoción las palabras del Papa en el rezo del Ángelus, en la fiesta de san Esteban, primer mártir de la Iglesia, recordando que, en las pruebas aceptadas a causa de la fe en Cristo, la violencia y la muerte son derrotadas. Haciendo hincapié en el testimonio de san Esteban y su diaconía de la caridad, en el servicio a los pobres, a los huérfanos, a las viudas, el Obispo de Roma, destacó que con su martirio, Esteban honra la venida al mundo del Rey de reyes, da testimonio de Él, y ofrece como don su misma vida, en el servicio a los más necesitados. Y así muestra cómo vivir en plenitud el misterio de la Navidad: Leer más

Papa Francisco: ¿Hasta cuándo tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz?

Papa Francisco 800 220El Papa Francisco, con motivo de la Navidad, ha escrito una carta a los cristianos que viven en Oriente Medio, a sabiendas -dice en el texto- de que para muchos de ellos las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros. El Santo Padre recuerda los conflictos que afligen a una zona del mundo que ha conocido desde siempre la tribulación y esta vez se ve atormentada por un terrorismo que ”comete todo tipo de abusos y prácticas inhumanas” y obliga a otros grupos religiosos y étnicos a abandonar sus lugares de origen y sus naciones en cuya vida tienen ”el deber y el derecho de participar plenamente”. También subraya el protagonismo de los cristianos de Oriente en la vida de la Iglesia, que cuentan con el apoyo y las oraciones de toda la comunidad eclesial y lanza de nuevo un llamamiento a la comunidad internacional para que promueva una solución global a los problemas de la Región: ”¿Hasta cuándo -escribe- tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz?”. Leer más

HOMILIA DEL SANTO PADRE FRANCISCO EN LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Flickr Else10 (CC BY-NC-ND 2.0)

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Vuelven hoy a la mente las palabras con las que Isabel pronunció su bendición sobre la Virgen Santa: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?» (Lc 1,42-43).

Esta bendición está en continuidad con la bendición sacerdotal que Dios había sugerido a Moisés para que la transmitiese a Aarón y a todo el pueblo: «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz» (Nm 6,24-26). Con la celebración de la solemnidad de María, la Santa Madre de Dios, la Iglesia nos recuerda que María es la primera destinataria de esta bendición. Se cumple en ella, pues ninguna otra criatura ha visto brillar sobre ella el rostro de Dios como María, que dio un rostro humano al Verbo eterno, para que todos lo puedan contemplar. Leer más

HOMILIA DEL SANTO PADRE FRANCISCO EN LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

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Vuelven hoy a la mente las palabras con las que Isabel pronunció su bendición sobre la Virgen Santa: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?» (Lc 1,42-43).

Esta bendición está en continuidad con la bendición sacerdotal que Dios había sugerido a Moisés para que la transmitiese a Aarón y a todo el pueblo: «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz» (Nm 6,24-26). Con la celebración de la solemnidad de María, la Santa Madre de Dios, la Iglesia nos recuerda que María es la primera destinataria de esta bendición. Se cumple en ella, pues ninguna otra criatura ha visto brillar sobre ella el rostro de Dios como María, que dio un rostro humano al Verbo eterno, para que todos lo puedan contemplar. Leer más