”El hecho de haber venido aquí juntos ya es un testimonio de la importancia de los esfuerzos por la unidad. El hecho de que recéis juntos es un testimonio de vuestra fe, de que sólo por la gracia de Dios podemos lograr la unidad. El hecho de que recéis el Credo juntos, es un testimonio de la única fe común a toda la cristiandad”. Son las palabras que hace treinta años, san Juan Pablo II dirigió a la primera delegación ecuménica de la Iglesia Luterana de Finlandia que encontró en el Vaticano, y que esta mañana, Francisco ha recordado a los miembros de la delegación de esa Iglesia, que se encuentran reunidos en Roma, en ocasión de la peregrinación ecuménica anual para celebrar la fiesta de su patrón san Enrique de Uppsala. El Papa ha mencionado que este año la visita coincide con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos cuya reflexión este año se centra en las palabras que Jesús dijo a la mujer samaritana en el pozo: “Dame de beber”.
”Se nos recuerda -ha dicho- que la fuente de toda gracia, el Señor mismo, y que sus dones, transforman a quienes los reciben convirtiéndoles en testigos de la vida real que proviene solamente de Cristo. Como nos dice el Evangelio, muchos samaritanos creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer. Y como ha señalado el obispo Vikström, católicos y luteranos pueden hacer muchas cosas juntos para dar testimonio de la misericordia divina en nuestra sociedad. Es especialmente necesario un testimonio cristiano compartido frente a la desconfianza, la inseguridad, la persecución y el sufrimiento que sufren muchas personas en el mundo hoy.
Este testimonio común puede ser apoyado y alentado por los avances en el diálogo teológico entre las Iglesias. La Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación, firmada oficialmente hace apenas más de quince años entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica, puede continuar produciendo entre nosotros frutos de reconciliación y cooperación. El diálogo nórdico luterano-católico en Finlandia y Suecia, sobre el tema de Justificación en la vida de la Iglesia, está abordando cuestiones importantes derivadas de la Declaración Conjunta. Esperemos -ha concluido- que de este diálogo pueda surgir una mayor convergencia sobre el concepto de la Iglesia, signo e instrumento de la salvación que se nos da en Jesucristo”.
fuente: www.vis.va