En su segundo día en Filipinas, el Papa dejó a primera hora de esta mañana la nunciatura apostólica en Manila y en coche se trasladó hasta la Villamor Air Base para dirigirse a Tacloban, en la isla de Leyte. El avión papal ha despegado cuarenta y cinco minutos antes de la hora prevista para anticipar su visita, a causa de una tormenta tropical que se estaba acercando a la costa. Hace catorce meses, un 8 de noviembre de 2013 por la mañana, esta zona fue arrasada por el tifón Yolanda que dejó a su paso más de diez mil muertos y devastó todas las estructuras incluido el aeropuerto de la ciudad en el que hoy aterrizó Francisco.
Tras una informal bienvenida del arzobispo John F. Du, de Palo y los alcaldes de Tocloban y Palo, el Papa se desplazó 600 metros en papamóvil hasta una pequeña explanada, con capacidad para quinientas mil personas, y donde se llevó a cabo la celebración eucarística a pesar del fuerte viento y la lluvia. Francisco improvisó la homilía que pronunció en español.